Colección Centroamérica

Se analiza la problemática limítrofe entre El Salvador y Honduras. Dicha disputa viene desde 1742 y fue una de las causas de la guerra de las 100 horas en 1969. En 1980 se firmó el Tratado General de Paz en el cual se dio la limitación a perpetuidad del 66 por ciento del territorio en disputa, faltando el 34 por ciento; se tomó la decisión de que fuera la Corte Internacional de La Haya la que diera pronunciamiento sobre esta situación. Se está a la espera precisamente de la decisión de La Haya y en realidad el ambiente es tenso y lleno de expectativas, las que van desde la posibilidad de un nuevo conflicto hasta un mayor acercamiento producto de la seriedad y el respeto con que se espera sea aceptado el fallo. Las expectativas se ubican en dos planos distintos: a nivel de los gobiernos y autoridades civiles y militares en ambos países; las posibilidades de guerra no tienen sentido en el marco del proceso de integración y pacificación regional. En realidad es un pequeño grupo de militares sin escrúpulos los que desean que el conflicto desemboque en una guerra, pero la posibilidad de un conflicto armado está casi descartado, aunque la duda siempre está latente en ambos países. A un nivel inferior, o sea de la población en general y en particular de las zonas en disputa, las expectativas son inciertas; temen perder la propiedad sobre la tierra y a su vez temen agresiones, e incluso se ha dado el caso de familias que han abandonado sus hogares para evitar la violencia que pueda producirse después del fallo de La Haya. Para algunos analistas políticos, estos hechos podrían desencadenar violencia civil entre los pobladores de las zonas en disputa. Se concluye que buena parte de los temas pueden deberse a la falta de profundización y conocimiento de la situación y es muy difícil, de acuerdo al proceso de pacificación que vive la región, que esta situación desencadene en una guerra. OB/ALJ