La economía guatemalteca evolucionó de forma pausada en el año 1980, con una clara desaceleración a lo largo del año. El producto interno bruto creció a una tasa real de 5 por ciento y la actividad económica mostró para finales del año un virtual estancamiento. A su vez, debido al deterioro de la relación de precios de intercambio, el ingreso bruto sólo se expandió 2,5 por ciento, tasa ligeramente inferior a la del crecimiento de la población. Las condiciones económicas desfavorbles se pueden explicar por tres motivos: una brusca contracción de la inversión privada, a causa de la incertidumbre originada por la inestabilidad política guatemalteca, otro factor que incidió en la situación económica de Guatemala fueron los fenómenos económicos internacionales, los que se tradujeron en una baja en el ritmo de las exportaciones, variable que repercutió de forma importante en la evolución de la economía del país y en una seria dificultad para movilizar financiamiento externo. Otro elemento que explica la crítica situación económica de ese país fue la creciente falta de liquidez en el sistema de intermediación financiera, lo cual coincidió con un menor acceso al crédito externo. Ese fenómeno se debió primeramente a un serio deterioro en la situación financiera del gobierno central que lo obligó a recurrir al sistema de intermediación compitiendo con el sector privado por los recursos disponibles y luego por la fuga de capitales provocada por los problemas políticos vigentes en Guatemala, además de lo anterior, la diferencia existente entre las tasas de interés pasivas vigentes en Guatemala y las prevalecientes durante la mayor parte del año en los principales mercados internacionales de capital. OB/ALJ