El ensayo aborda las repercusiones del TLC entre Estados Unidos y Centroamérica en el sector agropecuario, y específicamente en las familias que dependen de la actividad agrícola. En primera instancia se visualiza este tratado como el último movimiento de una serie de acuerdos y políticas que paulatinamente han ido desmantelando el modelo de Estado social de derecho costarricense, que ha permitido los índoces de desarrollo relativamente favorables del país, y la protección e impulso de los sectores productivos nacionales. Se plantea que en los últimos veinte años el proyecto neoliberal ha orientado la actividad agrícola hacia la promoción de cultivos de exportación, y se ha ideo abandonando progresivamente la producción de cultivos básicos para garantizar la soberanía alimentaria costarricense. Se señala que el país ha ido perdiendo sistemáticamente su capacidad de garantizar al menos un porcentaje importante de esa producción básica, lo que representa el desplazamiento de muchas familias campesinas que se dedicaban a su cultivo, a otras actividades. A esto se le suma una disminución de la participación del sector agropecuario en las finanzas nacionales, así como la patentización de especies nativas y la introducción de productos transgénicos que ponen en riesgo la productividad y calidad de los cultivos, así como la competencia desleal a la que se obliga a los productores nacionales