El autor parte de la constatación de que el proceso de integración regional ha retomado un dinamismo en la región que resultó difícil de prever desde la situación de letargo y retroceso en que se debatía hasta fines de los ochentas. Así, a partir de 1990, se ha producido una proliferación de acuerdos de integración que además se destacan por su carácter ambicioso. Advierte que no hay que perder de vista que la integración conlleva, por definición, un acrecentamiento de la interrelación mutua y, por ello, una cierta pérdida de la soberanía económica: constituye un proceso complejo que comprende los ámbitos políticos, económicos, sociales, culturales y geopolíticos, lo que la convierte en un quehacer multidisciplinario y de un desarrollo gradual. Lo anterior no es alcanzable tan solo a través de medidas de política comercial. Entre los otros campos de acción se destaca la promoción de la inversión, ya que ésta es escencial para llevar adelante la efectiva integración de las estructuras productivas, el presente estudio pone énfasis especial en este último aspecto. Para abordar el objeto de estudio, cual es la relación entre integración e inversión, antes se trata: a.- el resurgimiento de la integración en un entorno dinámico y, b.- la contribución de la integración a la transformación productiva y a la inserción internacional. El último capítulo trata la vinculación entre integración e inversión, donde se examinan aspectos tales como: estado actual de la inversión en la región, características de la inversión extranjera directa y de la inversión intrarregional, los condicionantes de la inversión, las perspectivas para la inversión en las nuevas iniciativas de integración y, por último, la instrumentalización del apoyo financiero a la integración. EB/MR