Al hablar de constituyente, surgen dos corrientes bien definidas, una que teme el retorno al poder de Oscar Arias Sánchez y otra que tene el retorno al poder de Rafael Angel Calderón Fournier. Sin duda, en la creación de una nueva constituyente existen intereses de por medio, pero a su vez el cambio significa una gran oportunidad para que el país pueda responder de manera acertada a las exigencias de los cambios internacionales. Nose puede seguir eternamente con la misma constituyente, es necesario renovar acorde con las exigencias modernas. Una nueva constitución debería de comenzar por definir el papel del Estado, en un esquema donde se aumente el número de agentes que participan en la toma de deicsiones. El sector empresarial, apoya la idea de convocar a una nueva constituyente donde el Estado permita y garantice los servicios básicos, el poder se descentralice y haya mayor espacio para la iniciativa privada y mayor participación de los distintos sectores sociales en la toma de decisiones. LOB/LOB