Se plantea que la democracia y la economía social de mercado son precondiciones para el desarrollo económico y la justicia social. Así, la miseria económica y la injusticia social ponen en peligro a las jóvenes democracias del mundo que desean crear un orden político en que se respeten los derechos humanos. La democracia implica garantizar tanto las libertades y derechos políticos básicos como el respeto de los derechos económicos, sociales y culturales por ello, las democracias jóvenes necesitan la solidaridad de la Internacional Demócrata Cristiana. En esta línea, los temas que se desarrollan son: sólo las democracias crean progreso económico y justicia social la economía social de mercado es libertad responsable las democracias del tercer mundo son responsables del progreso económico y social (aquí se enumeran las prioridades que deben tener las democracias en procura de una economía social de mercado) la cooperación para el desarrollo debe fortalecer la democracia y los derechos humanos y la necesidad de que se encuentre una justa distribución del peso de la deuda internacional a través del incremento de la cooperación internacional. Por último se hace una llamada hacia la democracia y los derechos humanos a través de un cambio pacífico. AR/JM