Los cientistas sociales han dedicado un importante espacio al análisis del Estado y las políticas de bienestar en los últimos años. El trabajo abarca diferentes aspectos que incluyen los orígenes del Estado de bienestar, el éxito de sus políticas en aumentar la igualdad en la sociedades occidentales y la reflexión sobre la existencia de limitaciones propias a su tamaño de acuerdo a cada país. La literatura actual ha acuñado términos como el de reacción al bienestar y sobrecarga, como explicación a las dificultades del período posterior al año de 1973, experimentadas por algunos Estados de bienestar contemporáneos y su efecto transformador sobre la economía política o la estructura social de esas democracias industriales occidentales. El autor sostiene que la perspectiva y la base no mercantil o desmercantilizada del Estado de bienestar contemporáneo son trazos característicos que simplemente no compaginan con el sistema generalizado de producción de mercancías de las democracias industriales, sino que, por el contrario, tienen un impacto sobre la estructura social, transformándola por completo, a la vez que la extensión de las formas no mercantilizadas de trabajo, representadas por las instituciones y prácticas del Estado del bienestar, cambian las percepciones personales sobre la naturaleza de las relaciones de mercado y de su alcance efectivo. En realidad esto es poco sorprendente, ya que el mercado alimentó muchas de las demandas originales de servicios públicos y auxilios financieros. OB/LOB