Después de regímenes brutales e insurrecciones armadas que sometieron a América Latina la IAF enfrentó el reto de eludir a los gobiernos y encauzar la ayuda oficial directamente a los pobres. Pero en toda la región gobiernos represivos hicieron cundir el temor y la intimidación. A pesar de ello, el periodo fue un crisol para la sociedad civil. Los sindicatos ya estaban establecidos, surgieron las cooperativas de agricultores y los grupos de derechos humanos, se organizaron miembros de iglesias, ecologistas, pueblos indígenas y mujeres. La gente aún desea justicia, y la estabilidad requiere un desenlace, incluso ahora, mucho tiempo después de finalizados los conflictos. Pero el proceso es complicado. Este artículo explica cómo algunos donatarios representativos de la IAF están trabajando para lograr el desarrollo económico y el objetivo elusivo de la reconciliación. En El salvador, el desarrollo de base es un concepto tan amplio como el de fomentar la paz. Los directores de las ONG deben hacer frente al legado de la guerra como funcionarios públicos y trabajar con la sociedad civil en un proceso evolutivo que acepta el pasado mientras que se prepara para el futuro.

ROSE/12092013