Deuda externa: ¿por qué nuestros gobiernos no hacen lo obvio? / Guillermo O'Donnell
Analíticas: Mostrar analíticasTema(s): En: número 27; páginas 27-34 En: Comisión Económica para América Latina y el Caribe Revista de la CEPALResumen: La actual relación de fuerzas, y la ecuación de disuasión que se sustenta en el encierro de los países latinoamericanos en el dilema del prisionero -más allá de tiras y aflojas, de acuerdos y de ventajas temporales para algunos- entrañan costos altísimos para ellos. Sin embargo, los impasses que resultan de seguir tironeando de una cuerda que nos ahoga a todos obedecen a una poderosa lógica que es sumamente difícil quebrantar para instaurar otra más compatible con los intereses fundamentales de nuestros países. Pero el autor sostiene que no es imposible una condición necesaria para lograrlo, es reconocer la situación a la que estamos abocados, la lógica que la estructura, y las estrategias básicas que de ellan derivan para deudores y acreedores. Lo demás podría ser cuestión -nada más y nada menos- de la visión, audacia y capacidad de los liderazgos políticos de nuestros países para presentar a sus pueblos las verdaderas opciones, así como los costos y riesgos de cada una de ellas. REV//jmmlImagen de cubierta | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Estado | Código de barras | |
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Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación | REV0877 (27) 1985 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Disponible | 21595 |
La actual relación de fuerzas, y la ecuación de disuasión que se sustenta en el encierro de los países latinoamericanos en el dilema del prisionero -más allá de tiras y aflojas, de acuerdos y de ventajas temporales para algunos- entrañan costos altísimos para ellos. Sin embargo, los impasses que resultan de seguir tironeando de una cuerda que nos ahoga a todos obedecen a una poderosa lógica que es sumamente difícil quebrantar para instaurar otra más compatible con los intereses fundamentales de nuestros países. Pero el autor sostiene que no es imposible una condición necesaria para lograrlo, es reconocer la situación a la que estamos abocados, la lógica que la estructura, y las estrategias básicas que de ellan derivan para deudores y acreedores. Lo demás podría ser cuestión -nada más y nada menos- de la visión, audacia y capacidad de los liderazgos políticos de nuestros países para presentar a sus pueblos las verdaderas opciones, así como los costos y riesgos de cada una de ellas. REV//jmml
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