Mocellin y Rogge empiezan estableciendo que agentes causantes de desastres similares pueden resultar en impactos bastante diferentes, tanto espacial como temporalmente. Por lo tanto, el análisis del grado de vulnerabilidad de una población a cualquier amenaza dada es la clave para cualquier evaluación realista del riesgo y para un efectivo manejo del desastre. Así, es a través de la aplicación de medidas de mitigación en contextos específicos que la vulnerabilidad de una población podrá reducirse, y tales medidas pueden incluir las siguientes dimensiones: ambiental, cultural, económica, nutricional, política, psicosocial, demográfica y sociobiológica. Además, el grado de vulnerabilidad a lo largo del continuo que va del pre-desastre al post-desastre es eventual sobre la instrumentación de medidas de seguridad y protección, las cuales incluyen: conciencia y vigilancia, cooperación y alerta, preparación y resistencia a peligros, medios sustentables y acceso a recursos. Para los autores, las vulnerabilidades, las dimensiones situacionales y las medidas de protección y seguridad pueden ser incorporadas dentro de un modelo. En este estudio se enfatiza en la interrelación que existe entre salud mental, educación y cultura, desde una perspectiva psicosocial. Diferencian el grado de vulnerabilidad dentro de las dimensiones culturales, educativas y de salud mental en Somalia, Kenya y Bangladesh. Utilizan un nivel de análisis 'molar', percepción del riesgo, estrategias y respuestas a desastres son analizados en sus dimensiones de salud, educación y cultura. EBZ/mb