El autor apunta que la anacrónica idea de la educación sistemática recluida entre las cuatro paredes del aula, nos presenta a un educador que acumula y centraliza el saber, a un educando que asimila los dictados de dicha fuente, a un medio ambiente que se queda afuera del núcleo escolar. Esta idea choca con las condiciones dinámicas del movimiento de la información en los medios de comunicación de masas, choca con la concepción de un maestro-facilitador de procesos constructivos de conocimientos, choca con la idea de una relación dinámica entre la escuela y la comunidad, choca con la concepción de un currículo integrado o comprensivo que rompa con la ya superada idea de los comportamientos estancos del saber. Finalmente, da pie a una concepción del aprendizaje que se inicie del enfrentamiento de situaciones problemas y que, integral e interdisciplinariamente, aborde cada problema situacional. Continua señalando que el problema que se le presenta a la educación de hoy es el de dar el salto cualitativo para lograr la adecuación del sistema escolar a las demandas del mundo real: la competencia entre los medios de comunicación y el aula tradicional la ganan los primeros antes de iniciarse la confrontación. Concluye que el sistema escolar ha de dar el salto cualitativo, rompiendo sus esquemas anacrónicos y abriendo sus puertas al mundo que está a su alcance y que se lo ofrece la tecnología moderna, los medios de comunicación de masas, las nuevas investigaciones psicológicas y epistemológicas y, fundamentalmente, el reencuentro del hombre consigo mismo. MB/MR