El propósito del artículo es tratar un tema que nunca perdió vigencia: la promoción social, o popular, con palabras viejas o nuevas, pero sin ninguna pretensión de originalidad, para ayudar a resguardar un quehacer académico de la Universidad Nacional, del que hoy, según algunos sectores, la academia debe desentenderse por no ser un elemento consumible en el mercado, vieja palabra a la cual se le pretende dar un nuevo significado. La idea es reflexionar la promoción social en términos de su importancia, perspectivas y limitaciones en el contexto histórico en que ha surgido. El autor inicia su estudio con la noción de promoción social, su surgimiento, las bases de la educación y promoción populares, la importancia de la promoción social y ésta como práctica política, sus bases, y sus perspectivas. Se concluye mencionando que la incidencia del conservadurismo neoliberal en los intelectuales, las instituciones, las universidades y hasta en las organizaciones populares, su desencanto por lo popular y el descubrimiento de un mercado que recompensa eficientemente labores profesionales, ha propiciado desde las bases populares más pobres, procesos organizativos de subsistencia autónoma, mecanismos de sobrevivencia, en donde la gente resiste, persiste, vive, replanteando sus necesidades genuinas, sobreponiéndose a una crisis originada por decisiones que no fueron suyas, rechazando de hecho los mitos movilizadores del desarrollo. Esto con la presencia o no de agentes externos. Por eso mientras exista pobreza e ingenio para enfrentarla, existirá la promoción social, aunque algunos renuncien a su reflexión y práctica. HB/HMBQ