La primera parte de este libro se muestra históricamente cómo la sociedad costarricense ha sido desigual a pesar de que, como señalan algunos historiadores, y como enfatiza el mismo Sojo, desde la constitución de la República en el siglo XIX da inicio la construcción de un mito en torno al carácter igualitario de la sociedad costarricense. Este mito toma fuerza y se consolida a fines de los años cuarenta, hasta llegar a formar parte del proyecto igualitarista de la Segunda República que fortaleció la conformación de una sociedad de clase media. Con ese trasfondo histórico, y revisando las estadísticas de ingresos de las últimas tres décadas que evidencian un estancamiento de la pobreza y un creciente aumento de la desigualdad, Carlos Sojo se plantea como objetivo general “descifrar las representaciones dominantes entre los costarricenses sobre la desigualdad social”. Para ello, el autor se formula las siguientes preguntas: “¿Persiste en las representaciones individuales la afirmación de una naturaleza igualitaria en la sociedad costarricense? ¿Perciben cambios las personas en sus relaciones con otras y en su comprensión de las estructuras y jerarquías sociales? ¿Preocupa la desigualdad y se considera creciente como creen los investigadores? ¿Cambia en definitiva la definición de la sociedad, la valoración que se tiene del problema de la desigualdad?.
Sojo se cuestiona la resistencia o el cambio de ese mito del igualitarismo costarricense para llegar a una doble conclusión. Por un lado, el mito se acompañó de los referentes materiales con los cuales se construyó la Segunda República y se impulsó un modelo de Estado con capacidad para generar políticas sociales redistributivas. Por otro, el sustento material del modelo ha cambiado pero el imaginario igualitarista persiste.
De manera general podría decirse que Sojo adopta una visión estructural de las causas de la desigualdad, aspira a una visión macrosocial del fenómeno y opta por relevar el papel de las subjetividades tanto en la reproducción como en el cambio de la desigualdad. Se trata de un trabajo ingenioso, serio y riguroso que se enfrenta al reto de interpretar lo social desde las tensiones entre la acción y la estructura, el nivel micro y macro, y lo objetivo y lo subjetivo.
No cabe duda de que la exploración de Sojo dio frutos muy interesantes que sugieren no solo la relevancia de una ampliación del material empírico sino también una profundización en la recolección y análisis de los discursos, con el fin de poder generalizar y descifrar las representaciones dominantes en la sociedad costarricense. Dos conclusiones más del autor que se pueden mencionar son las referidas a las causas que las personas atribuyen a las desigualdades y, por otro lado, las que obtuvo del análisis de las percepciones sobre los pares categóricos.